miércoles, 1 de agosto de 2012

Quizá les haya pasado en alguna 

ocasión, quizá alguna vez caminando

 por la calle les pareció ver entre 

el tumulto de la gente a una persona

 a la que amaron hace mucho tiempo. 

Apenas fue un instante, un breve

destello de luz, el suficiente como

 para dejar una quemadura en la 

retina y en el alma, el suficiente 

para dejarte paralizado en mitad de 

la acera sintiéndote a 

contracorriente de todo. Sin saber 

muy bien qué hacer o qué decir. Y se

 le llena a uno la cabeza de

 recuerdos. Y el caso es que no

 estás

 seguro de que se trate de esa 

persona porque primero fue, como 

digo, un breve instante, y en

 segundo lugar porque hace tanto

 tiempo desde la última vez que os

 viste que... todos hemos cambiado 

en este tiempo, y tu también aunque

 a veces te niegues a reconocerlo. Y

 está bien que así sea. El caso es

 que entonces uno queda dudando en 

mitad de la acera pensando si no 

sera que uno confunde la realidad

 con el deseo; quiero decir que

 quizá sí se trate de esa persona

 pero a lo mejor no, a lo mejor uno

 lo desea tanto que la inventa entre

 la gente. Desapareciendo y

 apareciendo, apareciendo y

 desapareciendo. Y no digo que

 quedara algo urgente por decir,

 algo pendiente. Quizá no sea eso

, quizá sea un deseo inconsciente y 

uno solo quiere encontrarse con esa 

persona para decirle CUALQUIER 

TONTERÍA, quizá para recuperar un

 retazo de aquellos tiempos en los

 que eramos eternos e invulnerables

. Quizá solo para decir: ¿qué ha

 sido de ti en todo este tiempo?

, ¿qué fue de nosotros?, ¿qué ha

 sido de mi?.