domingo, 31 de octubre de 2010
No puede ser que los días hallan pasado tan rápido, mañana ya es 1 de Noviembre, mañana a esta hora vas a estar en Buenos Aires, quizas preparando las valijas, quizas ya vas a estar en el aeropuerto, quién sabe... Te juro que me duele que te vayas, pero qué más puedo hacer? Bueno, voy a disimular que estoy bién y todos contentos :)
viernes, 29 de octubre de 2010
Ojala todo fuera mentira, ojala nada de esto hubiera pasado, ojala te hubieras guardado esas palabras con las que terminaste de derrubmar esas cuatro paredes que me abrigaban, que aunque sea guardaba una minima espranza de que todo cambie, pero no, decidiste por vos mismo que yo solo me de por vencido y ya no quiera nada más en la vida, no sé si me quita el sueño, pero no te preocupes que ya sé para el único propósito que me querias, y ese propósito es de lo peor, pero dije BASTA, y aunque se que ese BASTA es mentira, nosé, me mentiré como a mi mismo, como siempre lo hice y lo voy a seguir haciendo, se siente bién, pero a la larga te rompe todo. CHAU, dije CHAU.
jueves, 28 de octubre de 2010
Se que me he vuelto a perder, que he vuelto a desenterrar TODO AQUELLO QUE PASÉ. No sé ni cómo explicar, que solo puedo llorar, que necesito la paz que se esconde en tus ojos, que se anuncia en tu boca y que te da la razón. Ven cuéntame aquella historia de princesas, de amores, que un día te conté yo. Hoy he dejado de hablar, quiero callar, disimular, solo me queda esperar, verte pasar…
lunes, 25 de octubre de 2010
Que raro, me debería sentir mal, no tendría que estar tan feliz, bah, no estoy feliz, ni triste, ni nada que se le parezca. Pero no sé, lo que está pasando me deberia afectar para mal, pero sin embargo mirame. Ya no espero ni una llamada, ni un mensaje, ni una visita, ni un e-mail, y aunque odies internet aún guardo la mínima esperanza que te la juegues y te atrevas a estar online, que prendas esa laptop que solo la usas para el trabajo y que uses el wifi que lo tenés al re dope, no pido mucho, pero en realidad yo tendría que estar enojado. Bueno no pienso hacerme mala sangre, si las cosas se dieron así por algo sera, no?
domingo, 24 de octubre de 2010
Mi temor es estar vivo para siempre, mi pavor más profundo es mi imaginación: verme de viejo, seguir vivo, seguir sufriendo por siempre. Quiero que me ames, también. Y que me salves.
Una sola palabra hubiese bastado para salvarme. Una sola. Una llamada, una caricia, algo. Un indicio de preocupación, de que te importaba. De que querías que siguiera vivo. Pero hiciste oídos sordos, te hiciste a un lado. No me escuchaste. Te aclaré una y mil veces que me estaba muriendo, que necesitaba salvarme, que contaba con vos para hacerlo. Que sin vos me moría, que eras lo único que me quedaba. Te sentiste presionado y me dejaste. ¿Tengo que sentirme culpable por mi muerte? ¿O hay más de un culpable? Quiero decirte algo: podrías haberme salvado.No creo que otra persona entienda el deseo de morir tan acabadamente como lo entiendo yo o como lo entienden los suicidas. No sé si hay alguna sensación peor: sentirse mal por estar tan sano, querer morir, desaparecer fulminantemente. Y luego ver a tus viejos haciendo la cena y a tus hermanos jugando inocentemente al play station; todo mientras vos silenciosamente planeas tu muerte, exquisita, necesaria, inminente, inexorable. Y llorar hasta el desmayo o el interminable dolor de cabeza que parece encarnársele a uno en lo más profundo de los sesos. Tener tanto odio por uno mismo, tanto que hasta nos parecen irreales e inentendibles todos aquellos años de convivencia con nuestras mentes perturbadas, tantos años de soportarse a uno mismo. Y luego llegan los reproches: ¿por qué no me di cuenta antes de que me odio? ¿Por qué no me eliminé tiempo atrás? Lo pensás varias veces, intentas encontrar algo por qué vivir, por qué quedarse: las razones son tan frágiles como la convertibilidad y sos menos convincente que Fidel Castro izando la bandera de los Estados Unidos. Querés morirte y tenés millones de razones por las cuales hacerlo. Y sin embargo, todavía rogas por una sola razón para quedarte. Una razón te salvaría, solo una sería suficiente. Y no la encontras, no porque no sepas buscar, sino porque simplemente no hay. No existe la razón por la cual debieras quedarte en este mundo.
¿Por tu familia? ¿Quedarte por tu familia? ¿Que los suicidas somos egoístas? Es la gansada con menos sustento que escuché en toda mi vida. Empecemos a sacar un poco de lógica de todo esto:
Uno no quiere vivir porque sufre, porque está triste. Entonces algún ser muy inteligente (seguramente amigo o familiar) te dirá que todo el mundo te quiere, que todos te aprecian, que no podes HACERLE ESO A TU FAMILIA.
Muy bien, recapitulemos: entonces uno tiene que vivir en pena porque no se le puede hacer “eso” a la familia. ¿Eso? ¿HACER QUÉ?, me sigo preguntando yo, a través de los años. ¿Hacer qué? Si uno está enfermo debería elegir cómo y cuándo curarse. Supongo que las personas con cáncer serían más felices si pudieran extirparse la enfermedad. Pues bien, mi enfermedad es estar vivo. Y codificando y pasando en claro no me están dejando sacarme el cáncer de encima. Quieren que tenga cáncer, porque no puedo hacerles eso. ¿Eso? ¿No puedo qué cosa? ¿No puedo extirpar mi dolor? ¿Debo vivir muriendo para que OTROS no sufran? ¿Tengo cara de tener ganas de aguantar mi pena para que otros no lloren cinco minutos o cinco meses mi muerte y después continúen con sus vidas?
viernes, 22 de octubre de 2010
No puede ser que ninguna, pero NINGUNA eh, de mis amigas/os este online, osea dónde estan cuándo uno los necesita Igual, a mi siempre me pasan estas cosas, ni una buena, ni una! Bueno si, tengo una buena en mi vida, hay DioS por qué SSSoy tan obvio? Jajaja, me voy, me voy.
(DIOS, como se nota mi bipolaridad en esta entrada:S).
miércoles, 20 de octubre de 2010
Me he dejado pisar, basurear, usar. He dejado que hicieran lo que quisieron con mi cuerpo, con mi mente y mis deseos, pero siempre quedó firme la idea de amarte para toda la vida. Una idea perpetua y perenne, casi inata. De muchas cosas jamás me recuperaré, otras tantas las olvidaré con el tiempo. Cada una de ellas me ha dejado una marca. Él me pide que use cicatrizante para sacarme las marcas en los brazos: yo quiero que esas marcas se queden. Las ciento un marcas de mis brazos, los miles de dolores que me trajeron sangre: no voy a olvidarlos. No quiero que las marcas se vayan. Se irán sí con el tiempo, sí con la desmemoria, si con el aprendizaje. No las voy a eliminar, se irán de a poco, a su debido tiempo. Jamás podría alejarlo de mi camino, nunca.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)