jueves, 14 de noviembre de 2019

Fueron días bastantes movidos, llenos de intriga y viejos amigos. Nunca pensé que una historia volvería de nuevo a mi vida, estos últimos dos años fueron muy confusos para mi. Primero, él, que ocupó mis pensamientos durante tres años, que me llevaron a estancarme en una depresión que se hizo adictiva para mi cuerpo, mi familia, mis amigos y mi entorno en general. Todo lo que he estado viviendo me recuerda una vez más que mi vida se convirtió en una obra de teatro bizarra, donde no hay un final, donde los villanos vuelven una y otra vez, donde uno piensa que ya los terminó de matar y enterrar, pero vuelven, como si nunca se hubieran ido.
Es largo de contarles, es una historia que me humilló y me hizo perder la poca dignidad que quedaba en mi cuerpo flagelado y usado.
Un día le confesé mi amor, pero no obtuve la misma respuesta.
Hoy, hace unos días, obtuve una respuesta positiva, una respuesta que hasta hubiera dado lo mejor de mi para que sea un "si" en el pasado. Los fantasmas vuelven, pero ahora en forma de "si", en formas de "te invito una café y hablemos de los años perdidos".
¿Como iba a imaginar que todo esto volvería a mi vida? ¿Que acaso no basta con irte para nunca mas volver? Eso me dijiste, que te ibas para que yo no sufriera las consecuencias del tsunami que provocaron mis palabras el día que te confesé todo. ¿Te acordas Facundo? Ese día se lo dijiste y ese mismo día te sacó de vida como si nunca hubieran sido nada, desde ese día te negó los saludos y dejaste de existir, pero también desde ese momento cientos de marcas se grabaron en tus brazos y piernas para nunca más irse, todavía habitan ahí, calladas, sin mencionar su nombre, mezcladas con otras decepciones.
Hoy me pregunta si esas marcas son por su culpa... No quiero llenarlo de ego, no quiero que parezca que llegué hasta límites insospechados por su rechazo, no quiero que se crea lo que no es, aunque, siempre lo fue.